
En diseño gráfico, hay detalles que parecen pequeños pero hacen una gran diferencia. Uno de ellos es el kerning, es decir, el ajuste del espacio entre las letras de una palabra.
Kerning: el arte del espaciado que define un buen diseño tipográfico




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Puede sonar técnico, pero la realidad es que un buen kerning puede darle a tu diseño elegancia, equilibrio y profesionalismo, mientras que un mal kerning puede arruinar hasta el mejor logotipo.
Vamos a ver qué es exactamente, por qué importa tanto y cómo usarlo de forma correcta.

¿Qué es el kerning?
El kerning es el proceso de ajustar el espacio entre pares específicos de letras para que la tipografía se vea visualmente equilibrada.
👉 Por ejemplo: las letras “A” y “V” tienden a dejar un espacio extraño si no se ajustan, ya que sus formas diagonales no encajan bien con un espacio estándar.
El objetivo es simple: que las palabras se vean armónicas y fáciles de leer, sin huecos incómodos o letras que parecen pegadas de más.
¿Por qué es tan importante el kerning?
El kerning es un detalle que muchas personas no notan conscientemente, pero sí sienten cuando está mal hecho.
Da profesionalismo: un logotipo o un título con buen kerning se percibe más cuidado y confiable.
Mejora la legibilidad: el texto se lee de forma fluida, sin distracciones visuales.
Refuerza la identidad de marca: un mal espaciado puede hacer que una palabra se interprete diferente o que el logo pierda impacto.
✨ Piénsalo así: un kerning bien aplicado es como la buena edición en el cine, casi invisible… pero esencial.

Ejemplos de mal kerning
Aunque no siempre se note a primera vista, un mal kerning puede generar lecturas incómodas o incluso errores de interpretación. Seguro has visto logos donde las letras parecen separadas de más o tan juntas que parecen otra palabra.

Algunos problemas comunes son:
Espacios demasiado grandes: letras que parecen “despegadas” del resto.
Espacios demasiado reducidos: letras que se juntan y hacen difícil leer.
Desbalance visual: una palabra donde algunas partes se ven compactas y otras demasiado abiertas.
¿Cómo lograr un buen kerning?
No existe una fórmula exacta, pero sí algunas buenas prácticas que todo diseñador debería seguir:
Mira con ojos de lector, no de diseñador: pregúntate si la palabra se lee de forma natural.
Ajusta pares problemáticos: como AV, VA, To, Ta o Wa.
Prueba en diferentes tamaños: un kerning que se ve bien en pantalla puede fallar en impresión pequeña.
Confía en tu ojo: al final, el kerning es un trabajo de percepción visual más que de números.


Conclusión
El kerning puede parecer un detalle mínimo, pero en realidad es lo que separa un diseño “amateur” de uno verdaderamente profesional. Ajustar bien el espaciado entre letras asegura legibilidad, equilibrio visual y, sobre todo, transmite confianza en la identidad de una marca.
Así que ya lo sabes: la próxima vez que trabajes en un logotipo o en un título importante, tómate un momento extra para revisar el kerning. Tu diseño (y tu cliente) te lo van a agradecer.



